El secado y curado del cannabis, es el trabajo más importante que realizaremos en todo el ciclo de producción.
Hay que tener en cuenta que una cosecha espectacular se puede convertir en una hierba mediocre por no prestar la suficiente atención a este proceso. Pudiendo perderse los aromas y sabores, así como la potencia del producto final.
A continuación os describiré cual es el proceso que mejor resultado me ha dado desde mi experiencia.
El primer paso una vez cortemos nuestra planta, será el manicurado. Donde eliminaremos todas las hojas dejando sólo el cogollo limpio.
Yo prefiero dejar el cogollo en las ramas para realizar el secado colgando las plantas.
El lugar que dediquemos al secado de nuestras plantas debe ser un sitio fresco, ( unos 20 grados es la temperatura ideal ) que esté ligeramente ventilado, pero sin una corriente de aire directa sobre las plantas y una humedad relativa de 50%.
Una pequeña habitación o un armario suelen ser sitios ideales.
En el caso de que el lugar elegido tenga una humedad demasiado alta podemos usar un deshumidificador.
Una vez elegido el sitio pasaremos unas cuerdas para colgar las plantas, asegurándonos al ponerlas que no se toquen entre sí y puedan generar zonas de humedad donde podrían aparecer hongos.
Esta habitación permanecerá totalmente a oscuras, ya que este primer proceso tiene dos funciones.
La primera eliminar la mayor parte del agua que contiene la planta.
Y la segunda descomponer la clorofila, que es la responsable de que la hierba rasque al fumar y tenga mal sabor.
Este proceso durará aproximadamente unos 15 días.
Cuando doblemos la ramita de un brote y se parta, este proceso habrá terminado y procederemos al curado.
El curado es el proceso por el cual terminaremos de eliminar la clorofila y se producen cambios a nivel químico en los cannabinoides , como es el caso del CBN que se convierte en THC.
Ahora separaremos los cogollos de las ramas y los pondremos a ser posible en una caja de madera.
Evitaremos a toda costa que las cajas de madera estén barnizadas o tratadas con cualquier tipo de esmalte o imprimación .
Esto evitaría la correcta transpiración de la madera o incluso por los fuertes olores de estos materiales podrían quedar impregnados en nuestra yerba. Además de ser muy tóxicos.
La madera es un excelente material para el inicio del curado, ya que en este inicio la materia prima aún ha de contener humedad. La madera en un material que deja «respirar » los cogollos en su interior y hace más fácil este proceso de curado.
Se pueden poner directamente en tarro de cristal, pero por mi experiencia personal las plantas con una primera fase de curado en madera conservan mejor los matices en los aromas y alcanzan antes su punto óptimo de fumado.
También es más difícil que se genere moho si te descuidas´.
Todos los días abriremos la caja durante una media hora al principio, y luego con el paso de los días este tiempo se reducirá hasta unos 10 minutos. Revisaremos los cogollos moviéndolos para asegurarnos de que no se produzca ningún ataque de moho.
Transcurrido un mes, pasaremos los cogollos a tarros de cristal que airearemos dos o tres veces por semana durante unos 5 o 10 minutos..
En el tarro de cristal le daremos otro mes de curado antes de dar por terminado el proceso.
Aunque el curado prosigue mientras tenemos almacenada nuestra hierba, que seguirá curándose en los tarros de cristal. Que es el mejor modo de conservarla durante largos periodos de tiempo.
Mientras realizamos este proceso podemos realizar una cata cada mes, y observaremos la evolución que sufre nuestra marihuana durante el proceso.
Podeis hacer la prueba con un amigo, invitadle a un canuto nada más esté seca, y al pasar los dos meses de curado ofrecedle la misma hierba y vereís como no se cree que sea la misma.
Artículo escrito por J.S.Simón.