Ya se acerca el buen tiempo, y es hora de planificar la próxima cosecha. El cultivo de guerrilla en una buena opción para los que no disponen de espacio al aire libre, o simplemente quieren un poco más de producción sin amontonar una gran cantidad de plantas en casa.
El cultivador de guerrilla ha de ser extremadamente discreto, en todas sus acciones en lo referente a su cultivo si quiere llegar a cosechar sus plantas. No debe facilitar la ubicación de este a ningún conocido, por muy amigo que sea.
Lo primero será encontrar la localización adecuada, siempre de difícil acceso y lejos de rutas de senderistas o paseantes. Con vegetación abundante y alta que tape la vista de nuestras plantas.
Que cuente con por lo menos 5 horas de sol directo, a poder ser en las horas de mayor intensidad
Por la zona donde vivo, los zarzales han sido siempre mis mejores aliados. Suelen cubrir con frecuencia árboles bajos muertos formando auténticas murallas.
En mi último cultivo de guerrilla, tuve la suerte de encontrar un campo de naranjos totalmente abandonado. Y en un extremo los árboles estaban totalmente cubiertos de zarzales y trepaderas, formando un círculo con el centro bastante despejado.
Este es el entorno ideal, pero es muy difícil de encontrar. Cada uno nos adaptaremos al entorno que tengamos.
Las orillas de los rios son una opción muy válida, intentaremos tener una fuente de agua cerca del cultivo de lo contrario tendremos que cargar con bidones una vez por semana.
Una vez encontrada la ubicación iremos a limpiar la zona. Esta tarea la podremos realizar un par de meses antes de la plantación.
Llevaremos ropa resistente, tipo tela militar para protegernos de las zarzas en el caso de que las haya. En mi caso hice una entrada en el zarzal, lo suficientemente estrecha para llevarme unos cuantos arañazos. De esta forma resultaba casi invisible y ningún curioso se animaría a entrar.
Para limpiar el terreno traeremos con nosotros una mochila con unas tijeras de podar, una hoz, una pequeña azada y un regenerador de suelo, del tipo black Pearl (Grotek) o humus de lombriz.
Procederemos a despejar de malas hierbas la zona destinada al cultivo, y luego removeremos la tierra aportando los nutrientes. Si la tierra fuese muy compacta añadiríamos unos ladrillos de fibra de coco a nuestra mochila para airear un poco el suelo.
Si la tierra no fuera apta para el cultivo, tendríamos que transportar sustrato para los hoyos de plantación. Si fuese muy rocoso el terreno utilizaríamos bolsas de cultivo.
Si no disponemos de agua cerca de nuestro cultivo, en nuestra próxima excursión traeremos unos cubos grandes de unos 20 litros mínimo y con tapa para evitar la evaporación, a ser posible blancos para evitar que se caliente en exceso el agua.
Una vez acondicionado el lugar procederemos en nuestra casa a preparar el plantel para nuestro cultivo guerrillero.
Personalmente prefiero los esquejes para este tipo de cultivos. Aunque con la irrupción de las auto florecientes estos años, reconozco que son una opción válida.
Ya avanzada la primavera deberemos tener unos esquejes perfectamente enraizados y en pleno crecimiento. Si son semillas autoflorecientes las germinaremos en jiffis.
Iremos a visitar nuestro escondite cargando un par de garrafas de agua de 8 litros.
Cada vez que vayamos a visitar la zona de cultivo nos aseguraremos de que no nos sigue nadie y de no ser vistos al entrar en el escondite.
Esconderemos las garrafas y veremos si todo esta en condiciones para ir a plantar al día siguiente.
Prepararemos nuestra mochila esta vez con la pequeña azada, complejo radicular, neem, trichodermas, polímeros y tierra de diatomeas. Por supuesto, los esquejes o plántulas.
Realizaremos los hoyos de plantación, añadiremos un puñado de polímeros mezclándolos con la tierra, que retendrán la humedad en la zona radicular, añadiremos los hongos beneficiosos y procederemos a la plantación.
Si plantamos autoflorecientes, añadiremos turba al hoyo de plantación, o plantaremos en bolsas de cultivo si la tierra no es apropiada para el cultivo.
Luego improvisaremos un invernadero con una garrafa trasparente para protegerlas de aves y otros animales en sus primeras semanas de vida. Más adelante si hay animales que se las puedan comer por la zona haremos una reja.
Una vez efectuada la plantación, realizaremos un riego con complejo radicular y esparciremos tierra de diatomeas alrededor de la planta.
La tierra de diatomeas tiene una doble finalidad, prevenir el ataque de numerosas plagas, y por su alto contenido en silicio, hará que nuestras plantas se enfrenten mejor a situaciones de estrés extremas, como falta de riego o calor.
Luego procederemos a darle un tratamiento con neem, para prevenir ataques de plagas .
Ya tenemos nuestra plantación, ahora procederemos a desarrollar un sistema de riego que nos permita visitar lo menos posible el cultivo.
Utilizaremos los cubos de unos 20 litros que ocultamos con anterioridad. Les haremos un agujero en la base, cerca del borde, de unos 0,5 milímetros aproximadamente.
Si no disponemos de un taladro a batería, con un simple clavo grande y un mechero soplete nos bastara. Calentaremos el clavo hasta que se ponga al rojo, (sujetadlo con un trapo o guantes, o os quemareis) y atravesaremos el plástico con facilidad.
Colocaremos el depósito a unos 15 centímetros del tallo, y podremos utilizarlo como gotero directo. Lo camuflaremos de la mejor forma posible para que no llame la atención.
Otro sistema sería mediante mecha. El agujero nos serviría el mismo, con un poco más de diámetro también funcionaría bien. No superior a un centímetro.
Introduciremos un trozo de tela que sea muy permeable, tipo lana o algodón por el agujero. Que entre a presión para tener las mínima fuga de agua posible una vez la tela esté empapada.
Un extremo quedará dentro del cubo y el otro lo enterraremos próximo a la zona radicular.
Con este sistema, la planta irá absorbiendo el agua según sus necesidades.
Una vez solucionado el abastecimiento de agua,visitaremos las plantas semanalmente. Para rellenar los depósitos, y administrarles nutrientes, ya sea mediante el riego en los depósitos o con abonos sólidos tipo guano, según nuestro programa de nutrientes.
Les administraremos también tratamientos preventivos, neem cada 15 días y propolix cada 20, hasta el inicio de la floración. Entonces añadiremos también bacillus para prevenir el ataque de orugas, los otros dos pasaremos a administrarlos por vía radicular.
Cuando empiecen a ganar peso los cogollos,tendremos que entutorar las plantas, para prevenir que se caigan o que algunas ramas toquen el suelo, a causa del viento o lluvias. Si hay árboles cerca el cordel es una buena opción.
Llegado el tiempo de cosecha iremos a cortar nuestras plantas, si es posible que estén un par de días sin que haya llovido. Nunca es recomendable pasar mucho tiempo en la zona de cultivo, pero para transportar el menor volumen posible de materia vegetal realizaremos un manicurado rápido y eliminaremos la mayor cantidad de tallos posible.
Una vez en la seguridad de nuestra casa ye realizaremos el manicurado de forma correcta y procederemos al secado.
Puntos a tener en cuenta:
- Elegiremos un emplazamiento lejos de rutas de senderismo o de cualquier tipo de actividad que atraiga tráfico de personas.
- Si es posible con una fuente de agua cerca.
- Nos aseguraremos siempre de que nadie nos ve al acercarnos a nuestro cultivo.
- Variaremos siempre de horario y de día de visita.
- Haremos los mínimos viajes posibles y no llevaremos nunca a nadie a la plantación.
- Pasaremos el mínimo tiempo posible en la zona.
Artículo por: J.S.Simón.